Por Jessica Cueto
En
Venezuela las mujeres somos todos los días protagonistas de nuestra historia,
criamos amamos y trabajamos todos los días sin descanso y sin quejarnos. Aquí
en Venezuela ser macho es ser mujer.
Pero resulta que no vivimos en el país más igualitario del mundo, aún existen
prejuicios y las mujeres no estamos a la par de los varones.
Me
atrevo a decir que somos un país machista, donde la sororidad (solidaridad y concordia entre mujeres, que implica un
reconocimiento mutuo, plural y colectivo) parece un mito. Cada una
jalando para su lado, compitiendo en todo, sin dejar para más nadie. Por
ejemplo al ceder el asiento en autobús o metro; es casi imposible pensar que
una mujeres ceda el puesto a otra, así la ultima esté llena de canas y arrugas
o a punto de dar a luz. Todas con actitud de " yo también soy mujer",
voltean la vista, esperando que algún ausente caballero ceda el puesto... y así
mujeres que ocupan un pasillo con niños en brazos o ancianas, esperan su parada
de pie para seguir la jornada.
No
entendemos a la otra, no queremos hacerlo, nuestro derecho y beneficio
sobrepasa cualquier otro, hasta de nuestras iguales. Somos un país de mujeres
que no respetan a las mujeres, con un machismo inoculado sin siquiera saberlo. Y
para mi es obvio a quién beneficia tal falta de sororidad... no a nosotras.
La
lucha por la igualdad de género no es una lucha de varones, es de todxs, y en
Venezuela la presencia femenina es contundente, ejercemos cargos en diferentes
niveles, privados y públicos, somos madres, somos trabajadoras, profesionales y
obreras ¿entonces porqué aún no estamos a la par?
Personalmente
creo que un punto crucial es la sororidad, ya
que mientras trabaja la lógica patriarcal
limitamos el avance de las nuestras, evitando la construcción de una sociedad
más igualitaria.
Fuentes
imagen: https://enjusticiaglobal.wordpress.com