viernes, 24 de octubre de 2014

Este racismo nuestro

Por Jessica Cueto

Como negra venezolana, que ha vivido procesos sociopolíticos tan importantes como fue y sigue siendo la revolución bolivariana y chavista, no me escapo del análisis a lo interno y externo de nuestra posición en esta sociedad capitalista, patriarcal y racista, como es la venezolana. Intentaré explicar entonces, la sensación de ser negra y mujer en esta sociedad que niega ser racista y patriarcal, y que bajo la cara del racismo, endoracismo y misoginia no ha dudado en dejar claro mi lugar en ésta.
Entendiendo que el racismo es externo al grupo, mientras que el endoracismo es la internalización del racismo por el pueblo sometido, aceptando su autonegación; identificándose así, el colonizado con el colonizador.
Un racismo, frontal, y profundamente  hiriente lo experimenté a los 5 años, cuando otra niña, blanca, aclaró firmemente y sin tuteos que no jugaría conmigo por negra; eso me hizo tocar piso, y entender rápido que mi lugar como negra era distinto al de los blancos. Este no fue el primer episodio de racismo, ya en preescolar recuerdo, no tan traumáticamente, el que al jugar se me emparentaba casi inmediatamente con otro niño negro para hacer las veces de sirvientes, nunca los papás o los hijos.
Aclaro que mi lugar de crianza no fue en los Andes, o en el este del este de Caracas donde cuesta encontrar caras prietas, sino en el estado Vargas, costa litoralense, llena de negros, negras, morenos y un sin fin de mestizos.
Ya desde mi círculo familiar, a pesar de mostrar un marcado orgullo por la negritud de nuestra herencia, se mostraban rasgos endoracistas reservados a otros negros al que se les quisiera denigrar o "ubicar". Comentarios como, "negro y feo", "negrestín", "fondo 'e paila", "pelo malo", y aclaratorias con respecto a la estética, donde lo negro es feo, ordinario y pobre, convivían a la vez con un discurso de orgullo y resistencia afro.
Por otra parte están los negros que se asumen claramente menos por su condición étnica-cultural, buscando siempre hacia esa herencia blanca remanente en el mestizaje. La nariz fina, los labios no tan gruesos, el cabello "bueno", la piel clara, como también el deslinde de sus tradiciones originarias.
La sintesis de esto, desde mi perspectiva es mas abundante y agresiva; es el chiste que no termina de asumirse racista/endoracista, en cambio se ofende si se le enfrenta, quedando el ofendido como acomplejado. Y no se limita al negro, va también para el indígena, el pobre y para la mujer. Esta en apariencia no agrede al discriminado, sino que asume una posición implícita de menosprecio por la condición discriminada. Se dice tolerante, que no le importa el color de piel, cultura o género, pero no duda en desmeritar por estas condiciones. 

Un ejemplo que para mí lo resume, me ocurrió con unos conductores andinos con los que viajé desde Caracas al estado Mérida. En este recorrido pasamos por un reductor de velocidad donde estaba una chica morena, claramente de origen humilde, vendiendo café, a lo que a manera de chiste el conductor comentó con otros pasajeros -Diga un número, y se la gana-. Esto parecerá no ser necesariamente racista, clasista y misógino, pero algo se sentía en el tono "chistoso", además del hecho de que yo, mujer negra, nunca deje de ser para el chofer al momento de dirigirse hacia mí, "negrita", a diferencia del resto de los pasajeros que siendo blancos nunca fueron llamados "blanquitos". El conglomerado en su conversación nunca tuvo una actitud frontalmente racista, pero entre risas y chistes (de mal gusto), mostraban el menosprecio de lo negro, indígena y femenino.
Y este para mi es el mayor problema, porque que difícil es reclamar un derecho cuando no se ve violentado, y en cambio es ridiculizado.
Diariamente observo y vivo prejuicios que dejan en mal puesto la negritud, considerándola menos, intelectual, cultural, económica y estéticamente.
Consideraciones sin enfrentamiento donde una persona es fea por sus rasgos negros o indígenas, pero es considerada bella, por sus facciones blancas; presunciones de la condición delictiva de una persona por su color de piel y aspecto humilde; el asombro colectivo en la presencia de intelectualidades de etnia no blanca; las aseveraciones ciegas de flojera y suciedad, atribuidas a etnias indígenas y comunidades afrodescendientes; exotización de la cultura afro e indígena, haciéndola ajena y rara; reconocimiento por características negativas a comunidades afro e indígenas; preferencia por supuesta decisión personal, desligada del racismo, la socialización con personas blancas; divulgación a modo de chiste, clichés racistas, clasistas y misóginos.
Existen otras muchas formas de este racismo/endoracismo disfrazado, pero son en ocasiones tan sutiles, que el reclamo es más difícil que la complicidad. Debe haber una legitimación de la denuncia ante este tipo de hechos, que no por ser sutiles, son menos ofensivos.
Venezuela es un país pluricultural y multiétnico, lleno de culturas diversas, lo que detrás del título de mestizo ha sido utilizado para invisibilizarlas, quedando tácitamente resuelto la supremacía de lo blanco sobre lo negro e indígena, quedando grabado en nuestra conciencia colectiva.

Fotografía 1: nuestratierraabundante.weebly.com
Fotografía 2: aserne.blogspot.com

viernes, 10 de octubre de 2014

Mi lavado para salir!

Por Jessica Cueto


Quizá ya han leído por algún blog de estos afro femeninos que nuestros cabellos son característicamente resecos y deben ser sometidos a tratamientos intensivos de hidratación para mantenerlo saludable. Aquí entra el co-wash, o lavado con acondicionador; esta es una técnica altamente recomendable, ya que permite limpiar nuestro cabello sin someterlo a los sulfatos que contenidos en champús resecan el cabello y lo fragilizan con el uso prolongado y frecuente. Esta técnica es conocida por ayudar a desenredar contribuyendo a la suavidad del cabello, mientras lo mantiene junto con el cuero cabelludo limpio e hidratado sin privarle de sus aceites naturales.
La cuestión es sencilla, en lugar de lavarnos el cabello con champú, nos colocamos abundante acondicionar, mientras frotamos con la yema de los dedos el cuero cabelludo dejando caer el acondicionador en el cabello, para luego enjuagarlo bien con abundante agua.
Asimismo el LOC y LCO, con diferencias en el orden de aplicación de cada producto, es el método de hidratar y sellar el cabello para mantener la hidratación por más tiempo. La técnica  consiste en aplicar agua, luego crema y por último aceite en el cabello, LCO Liquid Cream Oil (Líquido, crema y aceite) ,  o también  agua, luego aceite y por último crema LOC Liquid Oil Cream.


Al conjugar ambas técnicas, Co-wash y LCO por varios meses he descubierto un método para flojos que me ha funcionado bastante bien, dejando mi cabello limpio e hidratado, sin la posterior sensación de resequedad típica del lavado, y listo para salir. Este procedimiento con algunas variantes, también es conocido como wash & go (lavar y salir).

1.- En principio me humedezco el cabello con abundante agua.
2.- Coloco una cantidad generosa de baño de crema, acondicionador o crema de tratamiento intensivo en el cabello.
3.- Aprovecho de desenredarme el cabello en partes, primero con los dedos y luego desde puntas a raíces con un peine de dientes separados.


4.- Ya con el cabello desenredado y con acondicionador, froto con las yema de los dedos (no las uñas) el cuero cabelludo, para luego ir llevando con suaves masajes el acondicionador hasta las puntas del cabello. Para ayudar a la distribución del acondicionador pueden ir humedeciendo el cabello.



5.- Desenredo de nuevo el cabello con los dedos y empiezo a enjuagar con abundante agua fría. A medida que enjuagan el cabello, el acondicionar se va haciendo espumoso, por lo que aprovecho y vuelvo a masajear el cuero cabelludo para limpiar mas profundamente.
6.- Escurro el cabello muy bien con las manos.
7.- Aplico otro acondicionador o crema para peinar, peinándolo enérgicamente con los dedos para que se distribuya uniformemente en todo el cabello.
8.- Por último extiendo aceite para el cabello, preferiblemente 100% natural (almendras, coco, argán, aguacate, ricino, romero) en mis manos para distribuirlo uniformemente en todo el cabello, y lo dejo secar solo. Esto funciona para sellar la hebra del cabello, manteniéndolo hidratado por más tiempo.


Al momento de ir desenredando y peinando con los dedos, vamos definiendo la forma en que nos quedará el cabello, así que si quieren que salga con carrera a la mitad o de lado, deben definirlo desde que lo desenredan y antes de aplicar el aceite en el sellado.
Esta técnica permite limpiar el cabello sin maltratarlo en exceso, pero si utilizamos productos capilares que contengan petrolatos y siliconas estas sólo pueden ser removidas por agentes detergentes como los contenidos en los champús, por lo que se recomienda el lavado habitual con el acondicionador o co-wash y entre intervalos de tiempo con champú, preferiblemente sin sulfatos.
En mi caso mensualmente lavo mi cabello con champú y el restante de las veces con baño de crema, acondicionador o crema de tratamiento intensivo en el cabello
Es importante destacar que nuestros cabello afro no deben tener el mismo tratamiento que cabello lacios, ya que es característicamente reseco, por lo que la frecuencia de lavados así como las cantidades de cremas hidratantes deben adaptarse a la necesidad y textura de nuestros cabellos.
Abajo dejo links interesantes sobre el cuidado de nuestro cabello.
 ¿Y tú, que tratamientos usas?

http://afrohair.es/2013/07/hidratar-el-pelo-afro-loc-y-lco.html
http://afrohair.es/guia-principiantes-naturales/productos-basicos-para-cabello-natural
http://www.get-the-look.cl/articulo/-lavas-tu-cabello-con-acondicionador-conoce-la-tecnica-del-co-wash-y-ve-para-que-tipo-de-cabello-es-indicada_a1083/1
www.youtube.com/watch?v=Rm4lmWBEbn4

Fotografía 1: www.sofiablack.com
Fotografía 2 : afrohair.es
Fotografía 3: www.ebay.es
Fotografía 4: afrohairvideos.com
Fotografía 5: www.i-chollos.com

lunes, 6 de octubre de 2014

Cumplemés

Por Beatriz Aiffil
Publicado en Correo del Orinoco, Caracas, domingo 05 de octubre de 2014



Hola, Comandante.
Te escribo hoy porque tú sabes qué día es hoy y porque sé que lees el Correo regularmente como antes, como siempre…
Tengo tantas cosas que contarte, aunque si el poeta eres tú, como dijo el poeta, qué puedo yo contarte Comandante. El que asomó al futuro su perfil y lo estrenó con voces de fusil fuiste tú guerrero para siempre tiempo eterno. ¿Qué puedo yo cantarte Comandante? También sé que sabes que no es mi letra sino la de otro poeta pero la he tomado prestada para agarrar fuerza y contarte cosas sin lastimarte más de lo que debes estar por lo que nos ha pasado esta semana.
Estuvimos en la Asamblea como tus reporteros. Y bueno, la nota de prensa dice del llanto de unas madres rotas. Dice del enérgico discurso de un presidente que está encargado de llevar las riendas de este carruaje donde nos hemos montado contra todas las adversidades nacionales e internacionales. Dice de tus hijas transmitiendo aplomo y coraje. De la dulzura de tu florecita y de la fuerza de tu María. Dice también de la juventud resteada con esta revolución porque nacieron con ella. Dice del himno cantado por ti con bandera a media asta bajo una medialuna triste sin estrellas.
Estuvimos en la Asamblea como pueblo. Y la nota de pesar porque ya no es nota de prensa dice de la rabia contenida, dice de un pueblo que pierde otro soldado puesto desde muy joven a la orden de tu ejército patriota. Y a otra soldada, su compañera. Dice de un pueblo que asistió a darse una palmada en el hombro en obvia autoconvocatoria a seguir luchando a pesar de los pesares, cada vez con más fuerza para llevar adelante este proceso de cambios a nuestro favor. Y también tengo que decirte, Comandante, que no entiendo por qué todavía la cosa no se ha revertido, es decir, por qué no es el pueblo quien tiene el privilegio de entrar primero y sin tanto sometimiento que lo obligue a palanquear, a chapear o a retratarse con la farándula si esto es una revolución. Y más si estos muertos son pueblo y sus madres ¡tú hubieras visto a la mamá de María y a la de Robert!, son pueblo-pueblo. Entonces ¿por qué el pueblo-pueblo, el que de verdad pone el pecho, aún no tiene derecho a entrar por la puerta grande y con honores? ¿Por qué se les pone alcabala para velar a sus propios muertos? 

Deberías pararte al lado de la muchedumbre y escuchar atentamente lo que dice y lo que quiere decir. En nuestro jardín no todo es bello pero no hay temor.