lunes, 22 de diciembre de 2014

Esa Negritud

Por Verónica Sequera



Caderas,
anchas
    dibujadas como pinceladas de dioses
se mueven, sutiles entre los tambores que resuenan a lo lejos
gritando el dolor, dolores por ser propiedad de otrxs.

Te azotaron, flagelando emociones
    solo gritabas la incertidumbre, por ser de ellxs.

Pero ellos quieren,
desearon, y ahora desean
tus pezones negros
    negros como el carbón.
    duros, la divinidad hecha carne.

Piel,
tocada y llena de gracia
es todo un despropósito para los cobardes,
esos que fueron blancos
convertidos en pardos que no entienden de tristezas.

¿Conociste alguna vez el respeto trastocado por la otredad que mereces?

Esto negro que huele a sangre,
a dolor
Alza la mirada entre rostros desafiantes
grita y es ahora hecho mujer
    Mujer que muestra al mundo su identidad
    Mujer que se reconoce
con el pelo bien pegado al cráneo, olor a sol
con el movimiento fluido de sus caderas, como las olas del mar
y la piel tostada.

Ahora somos el sueño de poetas,
desgarrando pieles
amando y transpirando emociones
detrás una mirada, en medio de la nada
con el fluir de los ríos
y junto a las diosas de la mar.

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