lunes, 22 de septiembre de 2014

Negra y afrodescendiente

Por Beatriz Aiffil 
Publicado originalmente en http://encontrarte.aporrea.org/129/creadores/a12147.html



Madre blanca, puta enmantillada.
Madre india, florecilla inocente.
Madre negra, follona, madre África. Madre.
Hija de madre rota, ébano profanado que sin embargo ríe.
Padre blanco, legendario mesías.
Padre indio, trovador de tristezas.
Padre negro, guapachoso. Majestad africana. Padre.
Como todos los negros, hija de algún rey africano. 
Y me llaman negra y como negra respondo.
Negra imagen me devuelve el espejo de laguna donde el patito se vio feo, no por cisne sino por negro. Y si yo me veo negra supongo que los demás me ven negra, por lo tanto negra navego sobre el mar de las diferencias.
Afrodescendiente, no cabe duda de ello. Afrodescendiente porque no olvido la cacería, el tráfico, la trata, la esclavitud, el látigo, el cimarronaje ni, mucho menos, la libertad.
Me planto heredera de aquellos negros y negras que, a su pesar, hicieron la travesía del Atlántico y arrastraron cadenas en diáspora por toda América.
Traigo sangre del fiero león y también del colibrí. Savia de baobab y de humilde cilantro. Traigo de indio. También traigo de blanco... Traigo de todo.
Pero me llaman negra y como negra respondo. 
Soy negra y afrodescendiente.
Tarareo las canciones de los que alguna vez fuimos excluidos y pisoteados a causa del color de la piel: Emancipate yourselves from mental slavery, none but ourselves can free our minds...Es hora de romper con la esclavitud mental, nadie puede liberar nuestras mentes sino nosotros mismos. Por qué tener miedo a nada si ya nadie puede detener el tiempo.
Este es el tiempo. La sangre ruge en las venas.
Negra y afrodescendiente. 
Sangre África.

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